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Éfeso, la Tierra del apóstol Pablo

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En el Peregrino Travel te queremos descubrir la Antigua Éfeso, en la Grecia menor, lo que hoy es territorio turco, un enclave cultural y comercial que llegó a convertirse en tiempos de San Pablo de Tarso en el principal centro Religioso del territorio que baña el mar Egeo.

En esta ciudad vivió Pablo a partir del año 54 D.c, y aquí posiblemente escribió las cartas a los Colosenses, a los Efesios, a Filemón y parte de los Corintios, algunas de estas estando en prisión. También allí fundaría una importante comunidad religiosa que se expandiría a ciudades vecinas como Filadelfia, Colosas o Laodicea.

Pablo predicaría a los paganos sin cesar desde que iniciaba el día hasta el ocaso, siendo rechazado por la comunidad judía que en varias ocasiones lo expulsaría de las sinagogas donde predicaba y llegando al extremo de ser encarcelado por defender el mensaje de Jesús. 

Pablo tuvo que sufrir también los ataques de los orfebres que fabricaban las figuras de la Diosa griega, que observaban con preocupación cómo la ciudad dejaba de tener devoción por ella y abrazaba el cristianismo. El mensaje de Pablo se difundió por toda la región como la pólvora y los frutos de su predicación aún son visibles en gran parte del patrimonio cultural y artístico de Éfeso.

La historia cuenta que la ciudad de Éfeso también recibió al apóstol San Juan y a la Virgen María, y aunque el apóstol sería desterrado de Éfeso por orden del emperador Domiciano a la Isla de Patmos donde escribiría el Apocalipsis, regresaría ya a la ciudad a una edad muy avanzada para terminar muriendo 

Éfeso también fue sede del tercer concilio ecuménico, el llamado concilio de Éfeso, convocado por el emperador Teodosio II, en el que se declaró que la Virgen María es Madre de Jesucristo y por tanto también es madre de Dios.

Éfeso vivió su etapa de mayor esplendor en los primeros siglos después de Cristo, pero con la llegada de los Godos que arrasaron la ciudad por completo comenzaría un periodo de mayor decadencia que se agravaría con los dos terremotos que la asolaron en los años 358 y 368 D.c, y más adelante con la llegada de los árabes que someterían la ciudad por un periodo de dos siglos VII, y VIII, la ciudad perdería su población totalmente hacía el siglo X.

Ya en 1863 iniciarían las excavaciones en busca del gran Templo de Artemisa bajo la dirección del arqueólogo John Turtle Wood y continuados por el afamado Hogart para más adelante tomar la dirección de Otto Bennford del Instituto arqueológico de Austria que culminó los trabajos que sacaron a la luz una imponente ciudad que a continuación te vamos a descubrir.

Éfeso Mapa, ¿dónde se ubica Éfeso?

Éfeso fue fundada por los Griegos Jónicos nueve siglos antes del nacimiento de Cristo, fue epicentro y unión de varias rutas comerciales dentro del mundo griego, con una localización estratégica y con conexiones marítimas inmejorables que unen asia con Europa pasando por el mar Egeo y el mar mediterráneo. Su puerto, llamado Panormo, fue uno de los más prósperos de su tiempo. 

La antigua ciudad está situada en el extremo norte de Panayr Dag, en un pueblo pequeño llamado Selcuk, que dentro de su término municipal alberga las ruinas de esta antigua ciudad. 

Toda esta área de Asia menor es hoy territorio Turco, y se encuentra dentro de la región de Esmirna.

Cerca de Éfeso se ubica la ciudad portuaria de Kusadasi y a escasos kilómetros de ella encontramos importantes ciudades como son Esmirna, Tiro o Aydin (capital del estado).

Este complejo arqueológico goza de excelentes conexiones tanto en tren, barco como en avión, ya que del aeropuerto de Esmirna a Éfeso tan solo separan 65 km de distancia y del puerto de Kudasi apenas los separan 20 km, ciudad bañada por el mar Egeo que además es un destino vacacional muy interesante.

¿Qué ver en Éfeso en un solo día?

Éfeso es un imponente complejo arquitectónico que te retrotrae varios siglos atrás, caminar por sus ruinas impresiona casi desde el inicio de la visita. Desde El Peregrino Travel te recomendamos siempre contratar un guía local experto que te ponga en contexto, pasarás de ver bloques de piedras colocados con más o menos arte a poder imaginar con mucha más precisión la belleza de lo que fue la gran ciudad de Éfeso.

Iniciarás la visita pisando la gran avenida, la calle Curetes arteria principal de la ciudad, un auténtico museo al aire libre que sigue conservando preciosos mosaicos, columnas y restos de las domus de los efesios.

Recorriendo esta vía lo primero que encontrarás serán las termas o Baños de Varius construidos a base de bloques de mármol, estas termas servían como espacios de curación e higiene, pero también de lugar de encuentro y socialización de los habitantes de la ciudad. Divididas en tres fases: frigidarium, tepidarium y caldarium según la temperatura del agua estos espacios eran muy concurridos y formaban parte esencial de la vida de los ciudadanos griegos y romanos.

Harás parada en el Odeón, construido en el siglo II D.c por mandato de Publio Vedio autoridad en Asia menor y amigo del emperador romano Augusto. Se trata de un imponente anfiteatro hoy totalmente reconstruido tiene una capacidad 400 personas que servía de escenario para obras de teatro, recitales de poesía y obras musicales. Como hecho diferencial se tiene constancia de que estaba cubierto por un techado de madera; El Odeón es un lugar mágico que además se encuentra en muy buen estado de conservación.

El Pritaneo es el siguiente emplazamiento que visitarás, el que fuera el Ayuntamiento de la ciudad destaca por sus altas columnas que formaban una gran plaza donde se reunían los senadores de la ciudad.

Seguimos la travesía hasta llegar al monumento a Gayo Memmio el que fuera el gran arquitecto de la ciudad de entre cuyas obras destaca el acueducto que abastecía de agua a la ciudad.

Más adelante podrás contemplas la fuente de trajano, construida en el 104 D.C, este monumento estaba presidido por una imponente cultura del emperador, flanqueada por figuras de dioses y esculturas de su propia familia que se han podido hallar en el lugar. 

Nos deteneos en el templo de Adriano, quien nació en la actual España y llegó a ser emperador de Roma entre los años 117 y 138 después de cristo,  destacó por su afición a la lectura y a la filosofía. 

El templo se construyó en estilo jónico cuando el emperador vivía y fue restaurado por el emperador Teodósio en el año 391 tiene columnas y pilastras corintias y un delicado friso con escenas de Androclo hijo del Rey  de Atenas Codros rey de Atenas de quien se dice que fundó Éfeso después de matar a un jabalí. De este templo destacamos los relieves del friso que se encuentran en un estado de conservación espectacular.

La biblioteca de Éfeso

Biblioteca de Celso, un enorme edificio que data del año 117 D.C, una de las bibliotecas del mundo antiguo más importantes junto con la de Alejandría y Pérgamo.  En el interior de este edificio los efesios contaban con un gran espacio para mesas de lectura y dos niveles para la custodia de los libros que en aquel tiempo eran pergaminos enrollados.

De frente a él lo primero que observamos es la majestuosa fachada restaurada con piezas originales, a su lado derecho las puertas de acceso al ágora comercial, en la parte baja en los nichos de las esculturas están escritos en griego los nombres de cuatro virtudes: sofía (sabiduría), arte (valor) enoia (reflexión) y episteme (conocimiento).

El edificio fue erigido en el año 110 después de cristo por el cónsul Gallo Julio Aquila en honor de su padre Tiberio Julio Celso pro cónsul de Asia entre los años 106 y 107 después de cristo.

La fachada está sostenida por cuatro columnas dobles entre las que hay cuatro nichos que enmarcan las esculturas de las cuatro virtudes ya mencionadas que se consideraban las cuatro virtudes de Celso. El edificio es de planta única y se accedía a él a través de nueve escalones de mármol, tenía tres puertas siendo la central más grande que las laterales, pero todas ellas están adornadas con ventanas situadas sobre su dintel.

El interior de 16 metros de altura tenía dos niveles con nichos para albergar los cerca de 12.000 manuscritos que custodiaban, en la planta baja la gran sala de lectura, a la que las ventanas gracias a su orientación hacia el este, permitían el paso de la luz a primeras horas de la mañana para que, como decía Vitruvio, beneficiara a los madrugadores. 

Una sala subterránea de techos abovedados protegía la tumba de mármol de Celso muy probablemente en un sarcófago de mármol blanco que se encontró en el lugar, esto fue un honor especial para Celso porque era poco habitual que alguien se hiciera enterrar en una biblioteca o incluso dentro de los límites de una ciudad.

Este edificio se considera importante por ser uno de los pocos restos de lo que era una biblioteca en los tiempos de la antigua Roma, también muestra que las bibliotecas públicas no sólo se construyeron en forma sino a lo largo de todo el imperio romano; lamentablemente hacia el siglo tercero después de cristo primero un terremoto y después un incendio provocado por los godos en el año 263 destruyeron gran parte del edificio hasta que entre los años 1970 y 1978 se realizó una restauración masiva que se considera bastante fiel al edificio histórico en el que la fachada frontal.

Es un claro ejemplo de la arquitectura romana pública y sirve de ejemplo para otras bibliotecas peor preservadas de otras zonas del imperio, puesto que es posible que se albergarán colecciones de literatura en otras ciudades romanas para beneficio de los estudiosos y de los viajeros.

El templo de artemisa en Éfeso, la joya de la corona

Hemos querido destacar de entre todos los edificios y monumentos de la ciudad de Éfeso el gran templo de Artemisa. El mayor templo de la antigüedad, considerado una de las siete maravillas del mundo antiguo.

Los restos no se encuentran dentro del complejo del que ya hemos hablado, sino que está a dos kilómetros de Selcuk, aunque las visitas guiadas suelen incluir la visita a este lugar.

Este templo fue durante siglos uno de los principales centros religiosos, hoy desgraciadamente sólo se conserva parte de su estructura, cimientos y columnas que antaño sostuvieron la edificación.

127 columnas de mármol de 18 metros de altura que rodeaban el pedestal principal sobre el que reposaba la figura de Artemisa, una obra arquitectónica colosal que fue construido en torno al 575 A.C, por orden del rey Craso de Lidia y diseñado por el arquitecto Quersifonte, en honor a la Diosa de pechos múltiples. Artemisa era hija de Zeus y hermana melliza del Dios Apolo, era Diosa de la caza, la fertilidad y de la guerra.

El templo de Artemisa también fue lugar de reunión, comercio e intercambio y crédito, un foro de encuentro para la ciudad de Éfeso . En él los arqueólogos han podido hallar múltiples monedas, joyas y objetos que servían como ofrenda para la Diosa

El templo de Artemisa o Artemisión sería saqueado por orden del emperador Nerón y más adelante por los Godos, además de ser dañado por terremotos e incendios varios. Por ello no es extraño que se tenga constancia de la utilización de gran parte de sus mármoles y columnas en la construcción de otros importantes templos como el de Santa Sofía en Contanstinopla o la Basílica de San Juan de Éfeso.

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