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Jerusalén, Tierra Santa

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Hablar de Jerusalén es hablar de historia, de cultura, y de espiritualidad. Jerusalén es ciudad Santa para las tres religiones monoteístas más importantes del mundo: el judaísmo, el islam y el cristianismo. Es venerada por millones de personas que peregrinan hacia ella en busca de los orígenes de su fe.

Jerusalén se consideró el epicentro del mundo antiguo, una ciudad con 5.000 años de historia que ha sido testigo del paso de numerosas civilizaciones que a lo largo de los siglos han luchado por el control del lugar.

La Casa de David, el imperio Romano, también el Bizantino, árabes y cruzados cristianos: pueblos que han ido grabando sobre la piel de esta ciudad matices y esencias únicas que hacen de ella un crisol de culturas y creencias, una ciudad con una riqueza inmensa en todos los aspectos: gastronómico, artístico, histórico y social. Jerusalén es aún hoy es en cierta manera disputada por las comunidades que la habitan y es precisamente eso lo que la hace tan especial para el visitante. 

En la panorámica de la ciudad destacan tres grandes templos o lugares Santos: el Santo Sepulcro, La Explanada de las mezquitas con su imponente cúpula de la Roca y el Muro de las lamentaciones que un día fue el gran templo de Jerusalén y que aún hoy es el lugar más sagrado para los judíos.

Caminar por las calles de Jerusalén significa respirar ese olor a incienso y a especias orientales, contemplar la historia grabada en sus calles empedradas y gustar de una diversidad de culturas que conviven en aparente armonía. Es una ciudad de contrastes donde gustar las tres culturas.

De la Biblia a Jerusalén

Para los fieles Cristianos Jerusalén es una de las cinco ciudades santas junto con Roma, Santiago de Compostela, y las no tan conocidas Caravaca de la Cruz (en Murcia) y Santo Toribio de Liébana (en Cantabria). 

No es de extrañar que de media recibiera 4,47 millones de visitantes siendo la ciudad que ocupó el nº 55 en el Ranking de ciudades más visitadas de 2019.

Jerusalén ofrece al peregrino una experiencia sensorial y espiritual única , uno de los aspectos que más disfruta el visitante es el poder descubrir la gran mayoría de los enclaves en los que se desarrolló la vida pública de Jesús de Nazaret: cruzar la Puerta de los Leones, o puerta de San Esteban, donde Jesús haría su entrada triunfal en Domingo de Ramos; también el cenáculo enclavado en el monte Sion lugar que fue testigo la última cena con sus discípulos.

Revivirás la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo,  recorrer todos los rincones bíblicos donde se escribieron los acontecimientos más importantes de la historia de la humanidad.

El huerto de los olivos (Getsemaní), allá donde Jesús oró junto a sus discípulos instantes antes de ser traicionado por Judas y ser apresado por el Ejercito del Sanedrín.

Los palacios de los Sumos sacerdotes Anás y Caifás, La antigua fortaleza Antonia, donde sería juzgado por Poncio Pilatos a la crucifixión.

También la Vía Dolorosa, en la que podrás recorrer las 14 estaciones que se describen en la biblia y que narran el camino de Jesús desde que es arrestado hasta que es crucificado en el monte Gólgota. De esta vía destacan enclaves tan importantes como la ciudad vieja, el Monte Calvario y el Santo Sepulcro.

Jerusalén en mapa, consejos para ir de Turismo

A pesar de la gran extensión de la ciudad de Jerusalén lo cierto es que la mayoría de museos, monumentos, plazas y lugares de interés están localizados en un radio de 10 km.

Nosotros te recomendamos que inicies tu visita en la Puerta de los Leones, es la principal entrada a la ciudad vieja, puedes recorrer las calles empedradas, sumergirte por el Jerusalén antiguo y sentir los olores y sabores más típicos de la ciudad; de paso podrás comprar algún que otro suvenir típico. Dentro de la ciudad vieja encontrarás grandes contrastes pues está dividido en cuatro barrios: el musulmán, judío, armenio y cristiano

Dentro de las murallas de la ciudad antigua no puedes dejar de visitar la Torre de David, una almenara que ha visto pasar por ella innumerables batallas y que ha sido construida y reconstruida en numerosas ocasiones.

Por supuesto la plaza del Kotel, donde se ubica uno de los símbolos más importantes de Jerusalén: el muro de las lamentaciones. Lugar santo para la comunidad judía, el muro que un día fue el segundo gran templo de Jerusalén, construido entre los siglos 516 A.C y 70 D.c año en que Herodes el Grande realizaría la última gran remodelación.

El muro es lo único que queda en pie, ya que el templo fue arrasado por las tropas Romanas siendo emperador Tito. 

Como curiosidad observarás que el muro está dividido en dos zonas de rezo: una para hombres y otra para mujeres, si eres turista tendrás la entrada permitida, previo paso por los arcos de seguridad y siempre respetando a los fieles que allí acuden a rezar.

No te quedes sin visitar la explanada de las mezquitas, allí los musulmanes conmemoran un hecho de gran relevancia: la ascensión a los cielos del profeta Mahoma, por su parte los judíos creen que fue allí donde Dios evitó que Abraham sacrificara a su hijo y los cristiano piensan que allí sucedió el pasaje de la expulsión de los mercaderes del templo. 

Sea como fuere hoy el lugar presenta una muy bella estampa compuesta por la gran cúpula de la Roca, que reconocerás por su revestimiento dorado, La mezquita de Al- Aqsa, la cúpula de la Ascensión, así como varias fuentes de la Ablución, donde los musulmanes realizan el ritual musulmán del baño.

Recorre las 14 estaciones de la vía dolorosa, el recorrido que Jesús caminó desde que es prendido y juzgado hasta que es crucificado. Una experiencia única que culmina con la visita al la Basílica del Santo sepulcro, ubicada en el monte Calvario. Allí se ubican las cinco últimas estaciones del viacrucis y allí, precisamente, encontrarás la tumba vacía que encontraron María Magdalena y otras mujeres.

Por último, te recomendamos desplazarte hasta Getsemaní, el huerto de los olivos, aparte de lo simbólico y espiritual del lugar observarás una de las vistas más bonitas a la ciudad de Jerusalén: a tus pies observarás el imponente cementerio judío de los israelitas: más de 15.000 lápidas que pueblan la ladera; al fondo la muralla de Jerusalén, coronando la gran Cúpula de la Roca.

La cruz de Jerusalén

Si hay un símbolo icónico para los cristianos en Jerusalén esa es la llamada Cruz de Jerusalén, la insignia que el Papa Urbano II entregó a los combatientes que lucharon en la primera cruzada y que más adelante sería emblema principal del reino de Jerusalén, un territorio fundado por los cruzados en el 1099 D.c que comprendía los territorios de Israel, Palestina, Jordania y el Líbano.

Se compone de una cruz griega como elemento principal, rodeada de otras cuatro cruces flanqueando cada una de sus esquinas, estas pequeñas cruces representan a los cuatro evangelistas o a los cuatro puntos cardinales como representación de la evangelización del mensaje de cristo por todos los rincones del planeta.

ambién llamada cruz de las cruzadas, es usada por los Frailes Franciscanos de la Custodia de tierra Santa (Custodia Terrae Sanctae) que son los encargados de preservar, custodiar y trasmitir la tradición cristiana de Jerusalén.

Así fue establecido por la Bula papal “ Gratias Agimus” de San Clemente VI.

Santo sepulcro de Jerusalén

Si hay un lugar en cargado de espiritualidad y emoción ese es el Santo Sepulcro.  Ubicado en la zona central de la ciudad Vieja, entre el barrio judío y el barrio musulmán, es uno de los símbolos más importantes del cristianismo.

No es seguro que sobre esos terrenos se produjera la crucifixión y resurrección del mesías, la basílica se enclava en el lugar donde según la tradición ocurrieron los hechos.

Cuando lo visites tampoco verás la edificación original de época de Jesucristo, la edificación ha sufrido numerosas reconstrucciones y reformas, como constatan los estudios arqueológicos.

Sabemos que el templo fue destruido al menos en tres ocasiones a lo largo de los siglos.

El Santo Sepulcro es el lugar más sagrado para los cristianos, en él conviven multitud de grupos cristianos: griegos, etíopes, sirios, coptos y los propios Franciscanos de la Custodia que a lo largo de los siglos han pugnado por hacerse con el control del Lugar. La propia basílica posee un amplio abanico de elementos arquitectónicos y artísticos que van desde oriente a occidente y que son el fiel reflejo de la multiculturalidad que allí se respira.

Si vas de visita no puedes perderte los tres grandes atractivos de esta basílica:

El monte calvario: una capilla elevada sobre la piedra que representa el monte Gólgota, donde descansó la cruz.

El edículo: un gran mausoleo esculpido en mármol que alberga la tumba de Jesucristo. Un cobertizo de apenas 3 metros cuadrados donde tan sólo caben 4 personas agachadas.

La piedra de la Unción: donde Jesús fue ungido antes de ser enterrado, una reliquia de piedra donde los fieles se agolpan para arrodillarse y besar el lugar.

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